viernes, 24 de mayo de 2013

LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA



LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA
Por: Oscar Sabogal y Paulina Mendieta
A cerca de 23 años de la promulgación de la constitución política de Colombia y donde en su articulado y demás disposiciones, se plasman los anhelos de la construcción de una sociedad justa, equitativa, en paz en la cual prevalezcan por encima de todo los Derechos Humanos, los Derechos de los niños, los Derechos de la mujer, y el respeto a la naturaleza, hoy parece que todo ese anhelo se quedo en la palabra escrita; se quedo en el discurso.
Así es que en la actualidad, la sociedad colombiana se encuentra inmersa en una profunda crisis a toda escala: ética, económica, cultural, política y social. Una crisis que tiene su origen en la imposición del concepto filosófico ontológico del ser, pensamiento que nos llegó por los aconteceres históricos  de siglos que entre las sociedades perduró desde la Grecia Antigua.
No es de extrañar entonces, que los grupos que se han hecho con el poder en Colombia, utilicen todo tipo de maniobras y artificios para perpetuarse en él. Pues son formados en escuelas extranjeras donde predomina este pensamiento. Lo triste es que uno de esos artificios, es el servilismo por el que  se someten a intereses de sociedades foráneas, que les imponen ridículas  condiciones que atentan contra las inmensas mayorías de personas a quienes supuestamente ellos representan.
Al analizar la situación de los Derechos humanos  en la actualidad en Colombia, no se necesita ser un sabio para comprender la realidad.
Pongamos como ejemplo el Derecho a la vida. ¿Cómo puede ser respetado el derecho a la vida en una sociedad históricamente violenta y  a donde prevalece al interior del inconsciente de la inmensa mayoría de la comunidad, el discurso impuesto por los medios de toda clase,  afines al poder?, en una sociedad donde los gobernantes han abusado del poder, empleando como instrumento las fuerzas militares, creando fuerzas paralelas como estrategia para evadir responsabilidades ante la nación y ante el mundo.
Donde nunca se ha utilizado el dialogo  civilizado para resolver los conflictos comunes a una sociedad.
Es muy común escuchar y ver como se suceden actos de irrespeto al derecho a la vida, madres que abandonan sus hijos en un basurero, gente que por la pobreza o por la descomposición social, cae en la desgracia de la indigencia donde termina su vida; atentados de toda clase donde pierden la vida las personas; los llamados falsos positivos, que en realidad son ejecuciones extrajudiciales realizados por fuerzas del estado; y por qué no nombrar también, el sistema de salud colombiano, que corroído por los intereses particulares se convirtió en una poderosa máquina de muerte.
De otra parte, al referirnos al derecho de la igualdad, este solo está consagrado en el papel, porque en hecho real nos damos cuenta, que la sociedad colombiana otrora  clasificada en: clase alta, clase media y clase baja, y  ahora  clasificada  en: estrato alto, estrato medio, estrato bajo y la inmensa mayoría de colombianos que viven en la pobreza y extrema pobreza “indigencia”. O que sean clasificados con parámetros creados por una sociedad corrupta de acuerdo a: edades, belleza, afiliaciones políticas, por posesión de  bienes económicos, por profesiones y hasta por las ubicaciones geográficas en campos y ciudades, nos dan cuenta de un hecho real y  contundente de que este derecho no se respeta en la sociedad colombiana.
Al referirnos al derecho de lo otro no humano “La Madre Tierra” la Constitución Colombiana carece disposiciones constitucionales verídicas que conduzcan a interiorizar en las conciencias  de los seres que la  habitan,  la importancia de respetarla y protegerla. En tal sentido lo único que se encuentra explicito en el articulado de la constitución y más exactamente en el artículo 79 es: “Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo.
Es deber del estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las aéreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines” y en el  artículo 80: “el estado planificará el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución.
Además, deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de los daños causados.
Así mismo, cooperará con otras naciones en la protección de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas”.
Artículos que no se cumplen; pues los gobiernos de turno, lo único que han hecho es destruirlo, entregándolo en uso y abuso a empresas extranjeras que los han aprovechado al máximo, convirtiéndolos en zonas improductivas en algunas ocasiones y en otras, en zonas desérticas. La biodiversidad del territorio colombiano, está siendo afectada por el mal uso de las tierras y de sus recursos naturales; se destruyen las montañas  indiscriminada mente para implantar los monocultivos; como son los casos de la palma africana y los cultivos que se conocen como ilícitos.
Es lógico que si se atenta contra los ecosistemas, se destruye de por sí el recurso más valioso para la vida en el planeta: el agua;  y por ende toda la biodiversidad es decir,  los derechos de lo otro no humano.
Entonces, podemos concluir que en Colombia, no se respetan los derechos del ser, los derechos del otro y mucho menos los derechos  de lo otro no humano “La Pacha Mama”.
Que es evidente que la Constitución política de Colombia, no obedece a los verdaderos intereses y necesidades que conlleven a la construcción de una nación integral, que respete los derechos humanos y los derechos de la  Madre Tierra, que en realidad es nuestro hogar.
BIBLIOGRAFÍA.
Constitución Política de Colombia. (1991). Edición actualizada. (2010).
Huanacuni M, Fernando. (2010). Buen Vivir/ Vivir Bien.

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